TRABAJADO EMPATE EN SAN PEDRO

La Unión Deportiva San Pedro y el Villacarrillo C.F. Aceite Puerta de Las Villas firmaron tablas esta jornada en tierras malagueñas. Empate agridulce: negativo si miramos los puestos altos de la clasificación y las oportunidades de que se dispusieron, pero positivo a tenor de la dificultad que entrañaba el choque.

La entrada de Pablo en detrimento de Juan Ángel fue la única novedad que introdujo Lasarte con respecto al once inicial de la semana pasada. Los ésta vez más celestes que nunca (vistiendo calzón de dicho color) arribaron a la Costa del Sol para disputar uno de los envites más complicados a domicilio del calendario, y para ello contaron con el apoyo de una veintena de fieles desde la grada.

Buen conjunto el dirigido por Serafín Gil, cuya posición en la tabla no corresponde al plantel de futbolistas que poseen ni al juego que desarrollan. Mermados por la salida de hombres clave y por numerosas lesiones, los sampedreños llegaban con lo justo para este partido, mas con la moral por las nubes tras vencer a El Palo y al Malagueño consecutivamente.

Y fueron los locales quienes arrancaron con más determinación el combate. Percutiendo por banda y con la referencia del gigante Cintrano arriba, los rojinegros se hicieron con el dominio desde el inicio. Al cuarto de hora, un centro de Carreño desde la derecha fue cabeceado por Ricky al larguero, y en su bote casi se aloja dentro del portal defendido por Rubio.

Sin embargo, los visitantes fueron poco a poco desperezándose, adelantando líneas y buscando sus opciones a balón parado. Fue así como llegó el primer disparo a puerta con peligro en forma de libre directo ejecutado por Rodri a las manos del arquero Reina. Posteriormente, Toni ensayó un disparo desde la frontal a la salida de un córner, desviado. La igualdad se mantuvo al paso de los minutos, y con el resultado gafas se llegó al intermedio.

Tras el descanso, el Villacarrillo saltó al campo a por todas. En los primeros compases del segundo acto los celestes se hicieron amos de la situación y estuvieron a un paso de desnivelar la contienda. La jugada clave llegó a los cincuenta de juego: chut de Manolillo desde el vértice del área que repele Reina, le llega a Pablo y éste lo remacha a la red. Suponía el 0-1, pero mientras los campiñeses lo celebraban, el asistente alzaba su banderín para anularlo. A pesar de las protestas visitantes, el cuanto menos dudoso offside del villanovense en el momento del primer disparo malograba la mejor ocasión posible para los nuestros.

Con el gol anulado indeleble en sus mentes, los celestes bajaron el ritmo y concedieron de nuevo a la U.D. San Pedro el dominio del esférico. Cintrano, sin estar físicamente al 100%, prosiguió dando un recital de cómo jugar de 9 con dos metros de altura y dominar todas las facetas del juego. Afortunadamente, se topó con una gran zaga rival liderada por Salva (junto a Pablo el mejor de los visitantes),con quien mantuvo un impresionante duelo de colosos. El capitán se volvió más salvador que nunca cuando, en pleno arreón malagueño, abortó lanzándose al césped un tiro del local Cristian que parecía gol desde que salió de su bota.

Lasarte había dado entrada a Ortega y Montiel para inclinarse a por la victoria en la recta final, aunque para esos minutos el partido estaba fracturado por el cansancio y las imprecisiones. A los locales les faltaban oxígeno y recambios, dando por buena cualquier interrupción, mientras que los celestes confiaban en su poder a balón parado para disponer de alguna oportunidad final. Y estaban en lo cierto. Al filo de la cumplimentación del tiempo reglamentario, tras una falta lateral, la pelota le llegó a Almansa, quien casi en el área chica tuvo la sangre fría para recortar a su defensor, pero con su pierna izquierda trazó un centro chut que nadie pudo rematar.

Cuando el empate parecía irrevocable y ambos conjuntos se resignaban a ello, sobrevino paradójicamente la más clara opción para los de Gil. Falta lejana enviada en el 94’ al borde del área, indecisión entre Rubio y Almansa, y Joselito, a puerta vacía, la manda fuera. El sino del encuentro se representaba por última vez; nadie podría evitar que el encuentro finalizara como empezó.

Al Villacarrillo le restan seis finales para intentar colgar el broche de oro a una histórica temporada y colarse en los puestos de promoción. Tres de ellas serán en casa, donde la afición debe apretar como nunca para luchar por este reto difícil, pero no imposible.

Diego José González.