Año nuevo, victoria nueva. El
Villacarrillo C.F. Aceite Puerta de Las Villas ha arrancado este 2013 con tres
puntos más ante su parroquia, cerrando así una brillante primera vuelta de
campeonato en puestos de play-off.
La tarde de la Epifanía del Señor
comenzó con el saque inicial de los Reyes Magos, en una jornada festiva donde
el Veracruz vistió sus mejores galas. La iniciativa de la directiva de regalar
una entrada a cada socio incrementó la asistencia al estadio, superando los 800
espectadores.
Cuando parte del respetable aún
no había tomado su asiento en la grada, los de Lasarte se iban a adelantar ya en
el marcador. Tan sólo cien segundos de juego se habían disputado cuando un
saque de banda de Salva peinado por Antoñín en el primer palo se alojó en el
fondo de la portería defendida por Darío. Inicio soñado en un día soñado.
El tempranero gol dotó a los de
Lasarte de la tranquilidad necesaria para construir poco a poco su juego. Sin
embargo, enfrente se encontraba un conjunto bien posicionado, que presionaba
arriba y movía con criterio el esférico. La U.D. Maracena demostró ser una gran escuadra pese a hallarse
en mitad de la tabla, y el duelo en el centro del campo fue apasionante, con
Cervera y Osuna por un lado, y Antoñín y Rodri por otro.
Los minutos caían sin ocasiones
de gol, hasta que pasada la media hora de juego, los celestes dispusieron de
varias opciones claras para prácticamente sentenciar el choque al descanso. En
cinco vertiginosos minutos de desbordante caudal ofensivo, el Villacarrillo se
topó hasta tres veces con la madera del arco granadino. Primero fue el palo
derecho el que repelió un cabezazo de Fran a centro medido de Rueda; después,
zapatazo de Manolillo desde lejos al larguero. Acto seguido, falta lateral
servida por Maykel y Salva, con la espuela, no logra marcar en el área chica.
Por último, centro chut de Maykel que se
envenena para acabar besando nuevamente el travesaño del arco de Darío.
Aunque el vendaval de los locales
fue espectacular, el marcador registraría al intermedio un exiguo 1-0. Y ya se
sabe que una de las inquebrantables leyes futbolísticas dice que el que
perdona, lo paga.
La segunda parte fue otro cantar.
Sucedió de todo, con un desenlace en el que la afición pasó de la impotencia al
orgasmo.
El regalo de Reyes para la
abarrotada grada del municipal fue el regreso de Carlos Ortega. Tras casi dos
meses en el dique seco y aún lejos de su plenitud, el jiennense disputaría
cuarenta y cinco minutos.
Pero las buenas noticias para el
Villacarrillo concluirían ahí, pues se sufriría de lo lindo a lo largo de este
segundo acto. Los de Roberto Cuerva se echaron arriba con determinación en aras
de lograr el empate. Avanzaron metros y pusieron en aprietos a Rubio con varias
faltas al borde del área, hasta que en una de ellas, proveniente de una
discutible mano de Montiel, Cervera estableció la igualada. Era el minuto 64’,
y el desastre pudo consumarse si al minuto siguiente Garrido no hubiera enviado
al limbo una franca volea en el corazón del área local.
Por momentos los nuestros
parecían groggys, y la afición salió al rescate, como una madre que prepara un
caldo a su hijo resacoso. Quedaba mucho por jugar e iba ser difícil tumbar a
tanta garganta allí congregada.
El Villacarrillo se lanzó con
todo lo disponible a por la victoria, incluyendo a Fran, Ortega y Grego en la
delantera. Fue entonces cuando un invitado ajeno a la fiesta, que había
merodeado todo el partido por ella, se coló definitivamente: el colegiado. Se erigió como verdadero protagonista de la
peli, desquiciando a todo un pueblo. A más protestas, más castigo en forma de
infumables decisiones. Cinismo. A su lado, Risto Mejide como jurado de un
programa de televisión parecería Sor Citröen.
Una mano de libro de un zaguero
granadino en su área fue la mayor garrafa de gasolina que el trencilla vertió
para sofocar su incendio provocado. ¿Por
qué?, que diría Mourinho en su portugués teatral. La impotencia dentro y
fuera del terreno de juego era tal que costaba centrarse en lo meramente
deportivo. Pero cuando el escándalo parecía destinado a finalizar en tablas,
otra clara mano de un defensa visitante en su área sí fue sancionada esta vez
como penalty. Menos mal, suspiraron
aliviados los campiñeses.
El balón se encontraba en los
once metros, ¿mas quién sería el valiente en patearlo? Antoñín tomó la
responsabilidad y lo marcó por el centro. No,
de eso nada, esto hay que repetirlo: el que manda soy yo. El árbitro había
vuelto a hacer de las suyas. Vale, meteré
los que hagan falta, pareció responder Antoñín. Volvió a chutar, ésta vez a
la derecha del portero. Ahora sí: 2-1.
El encuentro agonizaba pero
albergaría una nueva alegría para los celestes, todo ello sin olvidar la
incomprensible expulsión de Fran. Ya en el descuento, Grego se zafó de su par
en una contra para plantarse frente a Darío, batirle en segunda acción con una
vaselina y establecer el 3-1 final. Es lo que tienen los cuentos de Navidad: su
final es feliz.
Diego José González.
Villacarrillo C.F.: Rubio,
Poblaciones, Salva, Niza, Maykel, Antoñín, Rodri (Grego, 77’), Montiel (Juan
Ángel, 67’), Manolillo, Rueda (Ortega, 46’) y Fran.
U.D. Maracena: Darío, Igna, Rosales, Bustos, David (Pablo, 89’),
Milla, Cervera, Osuna, Garrido, Carlos y Julen (Olalla, 71’).
2 comentarios:
Y... se acabó la primera vuelta...
Quién iba a pensar que el Villacarrillo CF Aceite Puerta de las Villas iba a acabar es esta posición.
El objetivo de la permanencia, está casi solucionado. Y ahora, hay que intentar quedar lo mas arriba posible.
Que buen trabajo de todos!!! A seguir soñando...
Bonita crónica Diego acorde con la posición del Villacarrillo Cf Aceite Puerta de las Villas. Enhorabuena
Espero que pronto encuentres algún enchufe en algún medio escrito porque te lo mereces. Crack!
Nos Vemos en los bares!
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