EL VILLACARRILLO SE GUSTA ANTE SU PÚBLICO

Hay partidos en los que todo sale bien: el marcador se pone pronto favorable, el rival no opone resistencia y los futbolistas acaban por sacar el tarro de las esencias. Luego llega la inevitable goleada. Y el espectáculo. El Veracruz fue testigo de todo ello este domingo.

Tras la derrota matutina del Torremolinos en su feudo, el Villacarrillo CF Aceite Puerta de Las Villas encaraba el encuentro frente al Fuengirola con la oportunidad de alcanzar al hasta ahora líder de la categoría. Para ello debería doblegar a un equipo de mitad de tabla que allá por agosto aparecía en las quinielas para copar puestos altos.

Arrancó el duelo con un conjunto malagueño bien plantado en el césped aunque carente de ideas con el balón en su poder. Los de Lasarte, por el contrario, iniciaron el choque sin especulaciones, directos a abrir la lata cuanto antes, moviendo bien el esférico en la medular y abriendo el juego a bandas, en las que sobre todo Montiel se mostraba incisivo. Corría el minuto 23 de partido y nuestro 23, Antonio Martos, se sacó de la chistera un magistral pase en la frontal del área que sobrepasó a la zaga visitante y que habilitó a Toni para encarar al guardameta malagueño, driblarlo y lanzar a puerta para que tras un rechace, Carlos Ortega enviara el cuero al fondo de las mallas. Sin tiempo para asimilar esa primera estocada, cuatro minutos más tarde iba a llegar el segundo. Un córner en el que nuestro goleador Ortega estuvo a punto de marcar de cabeza fue el preludio de un nuevo saque de esquina, botado esta vez por Maykel al primer palo y rematado por Antoñín con mejor fortuna. 2-0.

El encuentro tomaba otro cariz con la diferencia que el marcador establecía. Los celestes siguieron sin especular y continuaron desplegando un gran juego ofensivo. De nuevo Ortega pudo aumentar su cuenta particular, pero el poste se cruzó en su camino repeliendo un buen disparo desde la frontal. Toni también la tuvo, pero un zurdazo suyo se fue arriba. El descanso supo a gloria a los malagueños, pero a la postre sólo resultaría una mínima tregua a la avalancha local.

Al primer minuto de la reanudación, un inmenso Carlos Ortega estuvo a punto de sorprender desde el medio del campo al cancerbero visitante. Estaba claro: los de Lasarte querían más. El Fuengirola no lo estaba haciendo tan mal, pero enfrente tenían a una fiera hambrienta. Sólo un disparo que se fue fuera por poco del ariete fuengiroleño inquietó la plácida tarde de Rubio allá por el minuto 55. Entonces llegaron los cambios en el cuadro local, en los cuales Pablo ingresó en el césped. El villanovense se iba a erigir en el azote definitivo para los visitantes.

En sólo 6 minutos (del 72 al 78) se finiquitaría el encuentro. La banda derecha, ocupada por Pablo, sería la zona en la que se gestarían 3 tantos que elevarían el 5-0 al marcador. El primero de ellos lo marcaría Toni tras pared entre Ortega y Pablo y asistencia de este último. El segundo de la terna, con papeles intercambiados: pase sensacional de Toni al hueco y remate de Pablo a la red. Y el tercero de la racha y quinto de la tarde, de nuevo obra de Pablo, cruzando por bajo tras gran jugada de Ortega y Villacañas.

El Veracruz contemplaba extasiado la obra de arte expuesta por su equipo, viviendo minutos de pura belleza futbolística. La enorme calidad de los nuestros acabó derivando en olés, como si una tranquila Maestranza rompiera con el protocolo para vitorear a sus toreros. El Fuengirola quiso aliviar su humillación deportiva dando patadas a destiempo que provocaron la expulsión uno de ellos. Impotencia, claro. Y el azul viagra, en las camisetas rivales.

Acabó el espectáculo con una manita que aúpa al Villacarrillo a la segunda plaza, a tan sólo un punto del nuevo líder, el Linares. Palabras mayores.