GOLES Y EMOCIÓN EN EL VERACRUZ

Trabajada victoria, no exenta de sufrimiento, del Villacarrillo CF Aceite Puerta de Las Villas ante el Atlético Benamiel. En un partido atípico, lleno de altibajos, los de Lasarte lograron sumar tres puntos vitales para continuar en los puestos de promoción a Tercera División.

Tarde soleada y ajena al reciente frío siberiano la de este domingo pasado, que sugería, como a la postre sería, un agradable espectáculo futbolístico para la numerosa y fiel parroquia campiñesa.

El Atlético Benamiel ya fue verdugo en su estadio del cuadro celeste, allá por octubre. Llegaba séptimo a esta cita y evidenció en el campo su aceptable posición en la tabla ante un Villacarrillo que salió de inicio con una inédita pareja de centrales: Almansa y el debutante en el Veracruz Juanito.

Podríamos culpar a la casi primaveral tarde de la poca tensión con la que arrancó el partido en césped y gradas. Pero la placidez duraría muy poco, exactamente hasta el minuto 5 de juego, cuando tras un saque de banda desde la derecha del ataque visitante, un fallo defensivo habilitaría a Toba para recibir el balón en el área pequeña, controlarlo y batir a Rubio.

Desconocido escenario en nuestro estadio: comenzar perdiendo. El sobresalto del gol recibido confirió obviamente un plus de intensidad a los locales, quienes sólo al cuarto de hora parecieron comenzar a revertir tan prematura y nefasta coyuntura cuando el colegiado señaló un penalty a su favor por manos visitantes dentro del área. Antoñín lo lanzó a la derecha de Mario, pero éste lo adivinó y repelió con una gran estirada.

Si el 0-1 había sido un mazazo, desperdiciar esa pena máxima supo a tren perdido, a consecuencias funestas para un futuro. Para más Inri, Ortega fallaba al minuto siguiente en boca de gol, y la figura de Mario se agigantaba por momentos. El cancerbero malagueño siguió con su racha tras el penalty desviando primero una envenenada falta de Maykel y luego un remate abajo de Ortega a córner. No serían Cinco horas con Mario, pero sí dos. Mal pintaban las cosas para el Villacarrillo. Sin embargo, justo a la salida de ese saque de esquina, llegaría el ansiado empate. El cabezazo del espigado Juanito lo despejó Mario, pero el rechace le llegó a Antoñín, quien también con su testa lo envió a la red. Empate.

La venganza es un plato que se sirve frío, pareció decirse para sus adentros el mediocentro cuando al filo del descanso volvió marcar un golazo de cabeza para establecer la remontada. La pesadilla inicial había acabado.

Ya en la segunda mitad, los de Lasarte, con el resultado a favor, desplegarían un mejor juego que hizo sobrevolar la goleada por el campo. Hasta Mario era capaz de fallar, como en el 3-1, cuando despejó mal un centro de Toni que a la postre remataría a gol Ortega. Días de vino y rosas se vivían en el Veracruz con un cómodo resultado, un rival concediendo espacios y un cuadro local gustándose por momentos, sobre todo tras la reaparición de Antonio Martos en la medular. El citado 23 celeste, Montiel y Antoñín pudieron sentenciar definitivamente el choque, pero no fue así, y lo que sí llegó por contra fue el 3-2 visitante, tras una falta lejana y varios rechaces.

Otra vez tocaba sufrir. La eficacia malagueña ponía en jaque el virtuosismo local; lo importante es meterla, pensarán muchos. Tras comenzar perdiendo, remontar pese a las adversidades y acariciar el clímax, los últimos minutos se hicieron eternos. Los fantasmas de un nuevo y doloroso tropiezo se esfumaron cuando el colegiado indicó el final del encuentro.

Los cuatro de arriba ganaron sus respectivos choques, permaneciendo intacta la lucha por el ascenso. El próximo sábado, difícil visita a Coín.