lunes, 29 de abril de 2013

EL VILLACARRILLO LE HACE UN SIETE AL ALHAURÍN



Sin piedad. El Villacarrillo C.F. Aceite Puerta de Las Villas venció el pasado domingo en su feudo, apalizando a un Alhaurín de la Torre virtualmente descendido. Cayeron siete, y por caer cayó hasta nieve a finales de abril.

Tras vencer a domicilio una vuelta después, los de Lasarte afrontaron esta jornada el más asequible de los cuatro envites restantes de la competición. El conjunto malagueño del Alhaurín, que hace dos años rozaba el ascenso a Segunda B, evidenciaría su condición de penúltimo de la tabla.
Con la presencia de Fortu en el lateral como gran novedad, los celestes arrancaron a tope el choque y prácticamente lo sentenciaron en seis minutos. A los tres de juego, y tras un saque de banda, el esférico lo recogió Manolillo en la izquierda para centrarlo y encontrar la testa de Fran en el segundo palo. En el 6’, bonita combinación entre Ortega y Pablo, centro de éste desde la diestra y de nuevo Fran, libre, remataba a la red.
Tan flagrante era la fragilidad visitante como el vertiginoso ritmo del Villacarrillo. El encuentro se había encauzado por la vía rápida y a partir de ahí todo fue coser y cantar… bajo la lluvia, niebla, granizo y nieve. Mientras los goles se sucedían en el césped, la grada padecería atónita un complejo surtido de inclemencias metereológicas.
Los de Lasarte seguían a lo suyo, y en el 23’ llegaría el tercero. La banda derecha del ataque local fue la zona más fértil durante todo el combate, y en esta ocasión, un nuevo centro de Pablo lo cabecearía magistralmente Fran para lograr el hat-trick. Hacía mucho tiempo que los nuestros no conseguían desplegar un juego asociativo como el contemplado esta vez, combinando a la perfección y percutiendo constantemente por banda. Fue así como al filo del descanso se gestó la mejor jugada colectiva, que concluyó en pase de Manolillo y remate inapelable de Pablo. 4-0 al descanso.
Mientras los allí presentes no habían aún zanjado sus conversaciones de intermedio, de esas de cómo y con quién acabaste la noche de antes, del tiempo o de cuántos puntos hacen falta para quedar en play-off, el colegiado había indicado el inicio de la segunda parte y Manolillo había tomado el balón para conducirlo hasta el área malagueña y anotar el quinto en sólo diez segundos. Así de fácil. Diez segundos, diez.
El Villacarrillo continuaba abusando de su enclenque adversario, como si de un enfrentamiento de patio de colegio ante chavales de cursos inferiores se tratara. Por suerte para los visitantes, la espesa niebla impedía visualizar en su plenitud la distancia sideral entre ambas escuadras. Tan fácil era llegar hasta la puerta contraria que aquello parecía un encuentro de Copa Alcalde o uno de esos de futbolistas contra la prensa. En el 60’, Fran lograría el cuarto en su haber, quizá el de más bella ejecución, con un chut de rosca colocado a la escuadra. El 9 llevaba más de dos meses sin mojar y haría buena la teoría del ketchup que en su día esbozó Ruud Van Nistelrooy. Verbigracia: para un delantero, marcar goles es como agitar un bote de dicha salsa: a veces se agita y agita pero no hay manera de que caiga nada; sin embargo, cuando sale, lo hace en forma de avalancha.
Los cuatro chicharros del de Carchelejo rescataban las bromas de Lewandowski en la grada, mas Fran superaría al genio polaco, anotando el quinto de su cuenta minutos después, séptimo del  equipo. Faltaba más de un cuarto de hora para la conclusión, la noche campiñesa se teñía de blanco ante la copiosa nevada y el único aliciente radicaba en adivinar cuál sería el resultado final. El calvario para Koke, arquero titular malagueño, acabó cuando fue sustituido por Borja. Curiosamente, el nuevo cancerbero se iría a la ducha imbatido, y es que los locales no aumentaron la cuenta a pesar de gozar de numerosas ocasiones para ello en botas de los ingresados Montiel y Grego, así como en las de Fran, quien intentó un par de veces sumar su sexto golito de cuchara y alcanzar con ello el karma.
El Alhaurín perdió con dignidad, aguantando literalmente el chaparrón sin un feo gesto y siendo consciente del complicado regreso que les esperaba con un saco de goles encima. El Villacarrillo, deméritos rivales aparte, demostró encarar el último mes de temporada con más ganas que nunca. La próxima visita será al C.D. El Palo, rival y campo difíciles donde los haya. Tercero contra quinto de una clasificación en la que el líder aventaja en dos puntos al sexto.
Llega la recta final y el primero de los dos choques fratricidas que aguardan. Este campeonato pasará a la historia por la encarnizada lucha de los de arriba para meterse en promoción de ascenso; en la historia campiñesa, por ser la primera participación celeste en Tercera, con rol protagonista y con el añadido de participar de esa casi irrepetible pelea hasta al final. Sólo queda conocer el tope de este equipo. En unas semanas lo sabremos.



Diego José González.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vamos a por el Palo!!! A darlo todo en estas 3 finales!!! Vamos Campeones!!!