martes, 17 de enero de 2012

UNA TARDE PARA OLVIDAR

Hay días en los que lo mejor es no levantarse siquiera de la cama. Resbalarás con una cáscara de plátano y algo caído del cielo te golpeará; nada te saldrá como hubieras querido y acabarás suplicando que amanezca de nuevo para que todo vuelva a la normalidad. La Ley de Murphy: todo lo que puede ir a peor, irá.

El Úbeda Viva venció en el inefable estadio Antonio Cruz al Villacarrillo CF Aceite Puerta de Las Villas por un gol a cero. Un derbi comarcal deslucido en todos sus aspectos y en el cual los de Lasarte pudieron llevarse la victoria, finalizó con triunfo local merced al postrero tanto del ariete Rubio.
Explicar cómo es el lugar donde se desarrolló dicho choque es muy difícil, créanme. Y hacerlo del porqué de su celebración allí y no en otro escenario, más aún. Oficialmente, el Úbeda Viva hizo todo lo posible para que el encuentro se disputase en el remodelado San Miguel (campo espacioso, magnífico para practicar fútbol y para asistir a ello en sus gradas), pero no tuvieron el permiso de las autoridades competentes para tal fin, y en consecuencia, trasladaron el partido a su minúsculo campo anexo. Extraoficialmente, todo es bien distinto, pero será mejor no adentrarse en terrenos pantanosos para mantenerse políticamente correcto.
Por último, si las medidas del campo constituían un hándicap para quienes osaran tratar con mimo al balón, la desapacible tarde con lluvia y niebla redujo el escaso margen de maniobra para la práctica del deporte rey, sumando entre todo ello una oda al antifútbol.
Sea como fuere, el caso es que con las citadas externalidades en su contra, el Villacarrillo se iba a tener que jugar tres puntos vitales para intentar permanecer en los puestos nobles de la tabla.
En pocas líneas podría resumirse el guión del encuentro: balonazos de área a área, encontronazos y jugadas a balón parado. Poco más. El Úbeda Viva, inferior técnicamente y con una propuesta futbolística primitiva, se sentía como pez en el agua en su diminuto terreno de juego, colgando balones de Valero a Rubio y esperando un fallo o un contraataque para fulminar a los visitantes.  Ante tal panorama, pocas jugadas iban a salir de las botas de los hombres de Lasarte. Aún así,  la única ocasión clara de gol en la primera mitad la tendría Toni, que no pudo batir en un mano a mano al gran Valero.
En la segunda parte, el Villacarrillo se lanzó con más descaro a por la victoria, y en los pies de Ortega estuvo el 0-1 hasta en tres ocasiones. En el minuto 63 se plantaba frente a Valero pero su remate con la zurda saldría repelido por el cancerbero visitante; un minuto después, un buen centro de Toni desde la derecha lo remataría nuestro delantero defectuosamente cuando ya se cantaba el gol entre la numerosa (a pesar de todo) parroquia campiñesa.
 El conjunto de Lasarte merodeaba la puerta local con asiduidad, más si cabe desde la entrada del debutante Tijeras. El almeriense encadenó varias jugadas con regates de alto nivel, dejando boquiabierto al personal, como si un fugaz pase de modelos hubiese interrumpido la contemplación de tu mujer en bata y rulos.
Se mascaba el gol visitante, pero la expulsión de Antoñín volteó la inercia del partido, y desde ahí al final el Villacarrillo no lo pasó bien. Cuando el empate parecía ser aceptado por ambos equipos, Rubio marcó en el 88 tras un rechace al palo. Doloroso final para una tarde nefasta.
El Úbeda Viva usó bien sus armas y se salió con la suya, celebrando como un hito este triunfo. El Villacarrillo cayó, pero sigue con opciones en su lucha por el ascenso, con una afición entregada al espectáculo en el Veracruz, donde el domingo que viene se recibirá al CD Barrio Nuestra Señora de los Remedios.



1 comentario:

Juanjo Luna dijo...

Magnífica crónica, Diego. Mejor aún esa comparativa tan de andar por casa.